Los itinerarios profesionales y vitales de mujeres y hombres están marcados en nuestra cultura por la diferente socialización de los papeles sexuales. Esta socialización diferencial conlleva que mujeres y hombres elijan programas educativos y ocupaciones diferentes y que por tanto, sus opciones vitales resulten sesgadas por el género. Las definiciones culturales se encargan de orientar las percepciones y de encauzar las actitudes y aspiraciones de unas y otros, de tal manera que, cuando llega la hora de realizar elecciones, las chicas, pueden percibir un alto nivel de conflicto entre la dualidad que les supone compaginar aspectos vitales y familiares por un lado, y profesionales por otro. Un aspecto clave en la juventud es la adquisición de una identidad que incluya lo personal y lo profesional. Desde la educación, nos proponemos ofrecer a las y los jóvenes la posibilidad de reflexionar acerca de los modelos vitales y profesionales existentes, con el propósito de superar los estereotipos transmitidos, ofreciendo la posibilidad de elegir estilos de vida más libres y adecuados a cada persona.