La producción ovina a nivel mundial ha estado en constante cambio en relación a los sistemas producción actuales. En este momento en México, el inventario ovino y la producción de carne a crecido a la par de la población y consumo de ese producto. Por lo tanto, ovinocultores demandan investigaciones que tengan que ver con aspectos tal como mejorar los recursos genéticos, índices de producción, tasas reproductivas, manejo y rusticidad de los ovinos. Esto resulta complicado, más aún cuando en México existen biotipos autóctonos ovinos que no han sido caracterizadas productiva o reproductivamente, pero que podrían ayudar a mejorar dichos parámetros bajo condiciones climáticas, geográficas y sistemas de producción que tiene el país. De hecho, en México se cuenta con recursos genéticos desconocidos tal como la población ovina Isla Socorro, la cual se mantuvo bajo aislamiento genético durante más de 135 años y en condiciones difíciles de sobrevivencia, es decir con poca disponibilidad de agua y alimentación, así como de un clima extremoso. Bajo este contexto, dichos animales podrían poseer un gran potencial genético y rusticidad, útiles para los sistemas de producción actuales.