En las páginas de esta obra los lectores encontrarán una investigación etnográfica de la comunidad Comuneros que actualmente habita en la localidad de Suba desde algo más de veinte años, pero que antes de ello invadieron la vía férrea de la localidad de Puente Aranda construyendo tanto estructuras físicas de vivienda como estructuras simbólicas comunitarias. En este transito, la autora da cuenta de cómo la urbanización y la constitución de la ciudad implica a nivel histórico, social, demográfico y geográfico una serie de experiencias y trayectorias de las distintas comunidades que la habitan y la han habitado. Por esta razón, resulta relevante resaltar cómo en ciudades como Bogotá, detrás de los diferentes proyectos de urbanización que responden al discurso de progreso de la modernidad, se han destacado escenarios como el del barrio Policarpa o Nuevo Chile como ejemplos de lucha.