En cuanto a su tipo físico, los japoneses son heterogéneos, distinguiéndose por los tipos coreano-manchuriano, malayo o indonesio, y los ainoides. Las islas japonesas fueron habitadas relativamente tarde. Muchos investigadores creen que los antepasados del pueblo ainu moderno fueron los primeros en llegar a las islas (en el Neolítico), seguidos por tribus de la parte sur del archipiélago, que aparentemente hablaban lenguas indonesias. Alrededor del 4-3 a.C. hubo un reasentamiento en las islas desde Corea del Sur de las tribus que ya estaban familiarizadas con los metales (bronce, más tarde hierro). Los monumentos más antiguos de la cultura artística de Japón pertenecen al período neolítico (vasijas ornamentadas, figuras femeninas de arcilla). Con la transición a la Edad de Bronce (alrededor del siglo III a.C.) imágenes simples y vitales de caza, caminatas, trilla, baile, animales, etc. aparecen en productos con forma de campana de bronce ("doo-taku") y espejos. Aproximadamente desde mediados del siglo III hasta mediados del siglo VI se construyeron grandes túmulos funerarios en las islas japonesas, alrededor de los cuales se colocaron "ha-niva", imágenes de arcilla de personas y animales, imbuidas de amor por la vida. La vivienda del pueblo era un simple edificio de madera cubierto de paja.