España fundó la primera navegación global de la historia, dibujó continentes desconocidos e inventó las máquinas maravillosas que hicieron posible aquella primera globalización. Es un alarde, lo más importante que hicimos en nuestra historia, pero no hemos sido capaces ni de investigar seriamente un solo galeón todavía. Los grandes marinos del siglo XVIII eran geógrafos, astrónomos, matemediáticos, naturalistas, ingenieros y científicos, capaces de innovar y arriesgarse en travesías que los llevaron a los confines del mundo. Con un sentido del deber y amor por su patria envidiables, fueron la mejor España en ambas orillas del atlético y en ellos deberíamos hoy mirarnos. La marina ilustrada, trabajo monumental que ahora Kokapeli vuelve a editar , está considerada una de las obras capitales, de la actualidad, sobre el siglo XVIII español y, en particular, sobre un momento irrepetible. En esa época, la Ilustración española encontró refugio en la Armada, que se llenó de científicos e ingenieros, volcados tanto a servir a su país con las armas como a ampliar los horizontes de todo tipo de conocimientos.