"Tras escapar de la violencia vivida con su madre, a los siete años Fredi llegó a las calles de Ciudad de México. Ahí, inmediatamente aprendió a preparar su primera mona y a vivir bajo los inhalables. En estas páginas se cuenta su historia, su ascenso como líder de la banda, a los 10 años, y su posterior expulsión después de perderse en un sentido. El punto de quiebre no es la perdición de Fredi, sino la abrupta exploración de su mundo interno, proceso que inició a los 20 años y que lo llevó a transcurrir diferentes grupos de rehabilitación, a veces obligado y a veces motivado por encontrar algo que no hallaba dentro de sí pero que, intuía, estaba presente en su mente.
Después de 10 años de búsqueda y una aparente rehabilitación, Fredi regresó a la calle, a vivir con los carnales, a dormir en las colachas y a parar los pleitos entre las bandas. Pero no volvió como escapatoria, sino por deseo y lealtad, porque, como él mismo dice, Fredi no es de la calle, ""él es la calle"". Por eso, este libro cierra con un manifiesto que critica a las iglesias, a las ONGs, a las academias y a las instituciones de gobierno que, hipócritamente, pretenden cambiar la realidad de los chavos de calle haciéndoles creer que son un estorbo. A cambio, Fredi nos ofrece guías para un trabajo empático y cercano con ellos, basado en la libertad humana."