El liderazgo no es para los de corazón débil, aun cuando a veces hasta el líder más fuerte tenga sus dificultades. Tu liderazgo, ¿cómo funciona? Así como otros dependen de ti, ¿de quién puedes depender tú? La respuesta es: Dios, el Líder de los líderes. Cuanto más tiempo pases meditando en el aliento y la guía que Él brinda, más fuerza hallarás para enfrentar las exigencias de cada día.