En este trabajo se han analizado las razones que abundan a que el Estado debe ser neutral políticamente y que son numerosas, ya que se estructura una sociedad política pluralista, cuyo reconocimiento como principio y valor constitucional tiene como consecuencia la garantía de la igualdad en el ejercicio de los derechos de libertad, incluidos los de carácter político, que deben posibilitar que no se perjudique la competencia política, proteger los derechos de los participantes en la misma, garantizar la libertad en el proceso de formación de la voluntad política y de la opinión pública, asegurar la protección de los intereses generales e impedir la utilización de los recursos públicos por la autoridad pública para fines partidistas.