El libro trae las enseñanzas experimentadas por un hombre sencillo que vivió demasiado, pero fue grande en su sabiduría. Pedro fue un hombre que vivió iluminando el camino, sirviendo al Señor y confirmando que el amor siempre vale la pena para quien vivió para Jesús, dejando vivas las enseñanzas de un hombre que vivió demasiado. Pedro es originario del corazón de África, hijo único de un rey de una tribu, vivía con sus padres en armonía. Debido a una guerra regional, la tribu de Pedro fue invadida por un grupo enemigo de su padre. Sin piedad alguna, fue vendido como esclavo a comerciantes portugueses que comerciaban con mano de obra esclava con Brasil. Después de un difícil viaje, llegó al Brasil, donde fue comprado por un agricultor y vivió en una finca hasta el final de sus días. Las amables manos de Pedro salvaron innumerables vidas y sus palabras se convirtieron en un himno de valentía para aquellos que habían perdido la esperanza e incluso la propia fe. Conocido por muchos, sin conocer a casi nadie, este ángel del Señor marcó positivamente la Tierra, registrando esperanzas en los caminos que recorrió, cariño en las caricias que ofreció a los sufrientes pueblos del mundo, sin pedir absolutamente nada a cambio y respetando la tierra, porque aunque tuvo la oportunidad a pesar de ser dueño de muchas fanegas, prefirió llevar un puñado de tierra en el bolsillo sólo para tener el simple placer de olerla. Junto a Pedro, aprendemos el valor de la fe racional y el esfuerzo por llevar un mensaje de valentía a los hijos de Dios, que afrontan su vida buscando liberarse de sus miedos, sufrimientos o angustias.