Este libro pretende delimitar la conceptualización de la Educación Permanente a partir de sus principios y fundamentos, así como de los desafíos a que se enfrenta. El punto de partida es tomar conciencia de que un contexto en constante cambio requiere de la formación y educación de la persona, como ser individual y como ser social, lo cual demanda una educación a lo largo de toda la vida. En este sentido, se invita a evitar el reduccionismo de asociar la Educación Permanente a una etapa de la vida, a un colectivo o a un fin, para apostar por reconocer la educación como una necesidad y un derecho que contribuye a la construcción de la persona durante toda su vida e independientemente de su contexto, valorando su historia, la expresividad y la participación libre.
La obra puede inspirar el trabajo de los profesionales de la educación a desarrollar la educación permanente como un proceso humanista, dirigido a conseguir un desarrollo personal, social y profesional en el transcurso de la vida de todas las personas, con el fin de mejorar su calidad de vida y la de la colectividad.