"Charly X Charly" es una recopilación exhaustiva de la vida artística y personal de Charly García durante la década de los 80. Aquí no hay fragmentos sueltos o frases destacadas: nos enfrentamos a la vorágine de la voz del propio Charly, sin edición, sin jerarquías, sin censuras, tal como él mismo habló durante aquellos años. En ese sentido, el libro tiene el valor de ser un registro amplio y contundente del mensaje de Charly en sus propias palabras.
Este libro fue recopilado a través del archivo personal de Facu Soto, quien nos cuenta cómo, siendo apenas un niño, fue tocado por el fenómeno de Charly. Así comparte con las y los lectores entrañables recuerdos de su infancia y adolescencia, cuando lo veía a través de la televisión o cuando pudo verlo por primera vez cara a cara, luego de un show en el Luna Park.
La obra se estructura a partir de los seis discos que Charly editó durante la década de los ochenta como solista, tras dejar atrás los proyectos colectivos de Sui Generis y Serú Girán. La dictadura, los detenidos desaparecidos, el fin del hipismo, el conservadurismo de la década y la apertura a la diversidad sexual están presentes a lo largo de todas las entrevistas.
A través de estas entrevistas Charly no elude los capítulos más difíciles de su vida: la tensa relación con el público, especialmente en la provincia; el abuso de las drogas; la incomprensión que sufría de parte de la prensa; las críticas por su trabajo en Estados Unidos y sus vínculos comerciales; el cuestionamiento por su falta de una posición política militante; etc. Todos estos temas Charly los aborda con valentía en sus entrevistas.
Facu Soto también se da tiempo para reflexionar desde una perspectiva más contemporánea sobre el fenómeno de Charly. Lo califica como un adelantado, un precursor en temas de género y sexualidad; destaca su espíritu moderno, innovador y reactivo frente a cualquier tipo de conservadurismo; y señala que la sociedad, principalmente desde la prensa y cierto sector del público, siempre intentó atraparlo en un molde, castigarlo de alguna forma por innovar y no ser el "Charly de siempre". Sus palabras, incomprendidas tal vez en su momento, se entienden mejor con el paso del tiempo y lo convierten en un pionero, preclaro de lo que suponemos. También propone una visión más amplia sobre los polémicos y conocidos escándalos de Charly sobre y bajo el escenario, proponiendo una lectura en la que el artista responde como víctima de una agresión previa y constante, y que dichos actos, condenados por la sociedad, son en realidad discursos performáticos.