De acuerdo con uno de los presupuestos más arraigados en el pensamiento occidental se suele dar por hecho que la condición de criatura es constitutivamente finita y que sólo en virtud de esa finitud metafísica se puede concebir su diferencia ontológica respecto de la infinitud absoluta de Dios.
Dios es infinito. La creación no. Y si algo de infinitud hubiese en lo no divino sería únicamente bajo la forma de apertura, capacidad o inclinación hacia la divinidad infinita. Sólo en Dios hallaríamos un infinito actual. En la criatura, si la infinitud comparece, lo haría únicamente como infinitud potencial. Por eso, los grandes teólogos del s. XX son prácticamente unánimes en conceder a la finitud la base evidente sobre la que, a continuación, desarrollan cómo la criatura es capax Dei, pero siempre -según ellos- manteniendo su finitud estructural.
Este libro cuestiona y contradice este planteamiento. Lo cuestiona señalando sus aporías escatológicas en relación con el problema del mal y la salvación. Y lo contradice ofreciendo una estructura filosófica alternativa -en diálogo con M. Cababa, Torres Queiruga, B. Pascal y G. Cantor- que tiene en su centro lo que Jean Terrason nombró como infinito creado actual. El lector encontrará en estas páginas un nuevo fundamento filosófico para una antropología teológica todavía por hacer.