Los egresados del sistema socioeducativo han sido objeto de investigaciones sobre la cuestión de los adolescentes que han cometido delitos. Los estudios apuntan a las dificultades encontradas por estos jóvenes cuando salen de las instituciones socioeducativas, dada la persistencia de la vulnerabilidad que forma parte de la configuración de la vida de los adolescentes y jóvenes incluso después de haber cumplido su condena. A pesar de los aspectos que tienden a permanecer iguales en la vida del joven, convertirse en un convicto implica cambios y desplazamientos: uno de los desplazamientos es la propia terminología. Ser un convicto. Otro desplazamiento se refiere a la dimensión espacial: pasan de un espacio concreto -la unidad socioeducativa- a otros, donde construirán su trayectoria tras cumplir la medida judicial. El desplazamiento del interno implica cambios y afrontar retos derivados de esta nueva condición, siendo importante comprender aspectos de su trayectoria a partir de los espacios y relaciones que se establecen en estos contextos, para diseñar estrategias de intervención dirigidas a su protección e inclusión como ciudadanos.