Una sala blanca, tres puertas, dos sillones... y las voces de quienes aún no pueden cruzar. Historias en el Purgatorio reúne los ecos de lo que fuimos.
Aquí no importa tu nombre, ni dónde naciste. Tampoco importa tu físico; da igual el color de tu piel, tu género o tus preferencias. No influyen tus riquezas, ni tu posición social. Aquí solo importa tu historia.
Cada relato es una confesión, un intento por comprender lo que quedó atrás. A través de esas charlas -a veces duras, otras llenas de ternura- se revela que el purgatorio no es un castigo, sino un espejo donde el alma aprende a perdonarse.